David Kahn

Reforma y disidencia religiosa

En el siglo XVI, la Península Ibérica no quedó al margen del gran debate teológico que sacudía Europa. En España y Portugal se leían, comentaban y discutían los escritos de la Reforma. Su recepción no fue una mera aceptación pasiva de ideas extranjeras, sino el fruto de una interacción con planteamientos espirituales autóctonos que no puede ser reducida a la polarización entre católicos y protestantes. Las redes de creyentes evolucionaron al mismo tiempo que las doctrinas reformadas y que las estrategias de contención desarrolladas por los reyes y la Inquisición.